miércoles, 1 de octubre de 2008

Transportes, compras y seguridad


De transportes no puedo proporcionar mucha información, en LV hay un autobús que cruza Las Vegas Boulevard o Strip y que se llama “the Deuce” en agosto 2008, el billete sencillo costaba 1USD y un pase múltiple 5USD, está muy bien porque te cruza LV en linea recta de norte a sur, pero es lentorro de morirse tan lento que nos quedamos fritos a la vuelta el día que visitamos la Freemont.
En SFO cogimos un tranvía para ir y volver de Castro. Por lo demás fuimos en el coche a todas partes, lo alquilamos en el Luxor, no nos costó más caro que en Internet, mil y pico dólares durante 17 días para 4 personas un Dodge enorme que pareció un barco, nos dio un servicio impecable.
En LA es impensable no tener coche, es una ciudad que mide 70 KM. X 100 KM. Está completamente diseminada y para ir a cualquier lado hay que meterse en la autovía que tiene seis carriles en cada lado, conducir es una locura en esa autovía, a los carriles rápidos sólo acceden los coches con más de dos pasajeros. En el resto de las autovías en las que estuvimos, conducir era bastante cómodo y fácil, recomiendo que alquiléis una GPS, os dará quizá algunos disgustillos, nosotros compramos una que nos hizo un par de putadas, pero por lo demás nos hizo la vida muy cómoda, a la hora de pernoctar y comer sin conocer.
Sobre las compras, los outlets están muy bien, especialmente en el tema vaqueros y alta perfumería, compramos Levis por unos 12 euros en la tienda oficial Levis, dos maravillosos bolsos de piel por 50USD, Clinique y Lancome estaban a precios de L´oreal de aquí, Donna Karan, Calvin Klein y GAP, todos tienen tienda en outlets que suelen ser localizables en las afueras de las grandes ciudades. Para los que os guste Armani, lamento comunicar que no ha entrado al trapo de los outlets y a su filial “barata” Armani Exchange, no se puede ir ni en rebajas, sinceramente porque no vale la pena.
En el tema de la seguridad y a pesar de la mala fama de América, en ningún momento nos sentimos amenazados para nada, éramos cuatro e íbamos con cuidado, especialmente yo que tengo una especial obsesión con el peligro, evidentemente no anduvimos en sitios conflictivos, os recomiendo que evitéis a la policía, tuvimos un pequeño tropiezo con uno en el aeropuerto de LA por estar parados en un sitio prohibido y el tío era como un gran Terminator negro al que le intenté explicar que un miembro de nuestro grupo estaba hablando al otro lado con un compañero suyo y me miró como a una sucia cucaracha, afortunadamente su compañero acudió a nuestro rescate pero el tipo fue de chulo hasta el final, aunque no nos multó, sinceramente me puse bastante nerviosa y me dí cuenta que lo que contaba nuestra guía azul sobre la policía no le faltaba ni una coma. La última noche en LA pernoctamos en Inglewood (¿Habéis visto la peli “Los chicos del Barrio?, pues ahí) que es el barrio que está justo al lado del aeropuerto y que tiene mala fama, pero hay tantos hoteles que me imagino las autoridades y los hoteleros se habrán encargado de evitar que molesten a los turistas de paso que seguro son una gran fuente de ingresos. Salimos por la noche a comer algo, era tremendamente desangelado y me imagino que si querías comer con un poquito de glamour había que ir a uno de los restaurantes de los numerosos hoteles de lujo de alrededor, optamos por un fast food horrendo como despedida.
Si os advierto que hay barrios en LA tomados por las bandas en la que a los turistas nada se le pierde, si os interesa el arte afroamericano, el museo está en uno de esos barrios, creo que es South LA en el 600 de State Drive ahí tenía yo muchas ganas de ir, pero me quedé con las ganas, ya que no creo que a ninguno de mis compañeros le hubiese interesado.

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